La enfermedad de las raíces locas, conocida científicamente como enfermedad de las raíces peludas o enfermedad de la estera radicular, tiene su origen en la actividad de Agrobacterium rhizogenes. Esta bacteria se incorpora al ADN de la planta transfiriendo un plásmido Ri (un segmento de ADN) a las células vegetales. En consecuencia, la planta potencia la producción de nutrientes para las bacterias, al tiempo que aumenta la sensibilidad a las hormonas auxinas. Esto culmina en un crecimiento desenfrenado de las raíces, el sello distintivo de las Raíces Locas. Cultivos como el pepino, el tomate y la berenjena son especialmente susceptibles a este fenómeno.

Marijke Poortmans, de Roam Technology, una fuerza pionera detrás de Huwa-San, señala: “El descenso de la incidencia de la Raíz Loca en la horticultura puede atribuirse a la mejora de las prácticas higiénicas, aunque la amenaza persiste.” De hecho, erradicar las Raíces Locas tras la infección plantea un reto enorme.